El presidente del Consejo General de los Colegios de Mediadores, Javier Barberá, ha hecho balance del año y destaca que "la mediación goza de buena salud a pesar de todas las incertidumbres". En líneas generales explica que la institución ha ganado peso como corporación de derecho público en tres frentes: denuncia de la mala praxis bancaria, reivindicación de la formación de calidad o ante el tsunami regulatorio.
Sobre el año señala que ha sido "complicado, a caballo entre la recuperación de la normalidad y una pandemia que no acaba de desaparecer". Cree el presidente que el Consejo a reforzado su papel mejorando su representatividad y razón de ser. En este sentido señala la denuncia de malas prácticas y alzar su denuncia a organismos como la CNMC, Banco de España, Defensor del Pueblo o el propio Gobierno. También anuncia que en las próximas semanas mantendrá un encuentro con el Parlamento Europeo con el fin de trasladar también esta cuestión. Barberá se muestra convencido de que "aunque la labor no es fácil, acabaremos obteniendo resultados".
Sobre la formación, ha recordado que la institución ha criticado el Real Decreto por la reducción de horas y por abrir, "casi indiscriminadamente", la mano de quienes puede formar y que, "pueden acabar siendo epicentros del aprobado general".
El tercer frente, la parte regulatoria, se ha felicitado por lograr que DORA no tenga aplicación en un gran número de mediadores y resalta que de no haberse evitado "habría obligado a nuestras pymes a cumplimentar más de cien nuevos requerimientos en materia de datos y seguridad informática".
Además de estos asuntos, Barberá ha destacado que las altas para ejercer la profesión como corredor "ha batido record". Además, ha subrayado, en relación a los colegios profesionales, que "son unos centros de excelente enseñanza, son un lugar de asesoramiento y apoyo a los profesionales de la mediación".
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