En un mundo cada vez más cambiante, donde la incertidumbre se cuela en nuestro día a día, contar con una buena protección aseguradora se ha convertido en una necesidad básica para la familia media española. No hablamos únicamente de cumplir con una obligación legal, como puede ser el seguro del automóvil, sino de garantizar tranquilidad en los aspectos más relevantes de nuestra vida: la vivienda, la salud, el ahorro, el bienestar de los hijos o incluso el cuidado de nuestros mayores.
Un seguro no es un producto que se pueda valorar solo en términos de precio. Lo verdaderamente importante es lo que representa: la seguridad de que, pase lo que pase, nuestra familia no quedará desprotegida. Para ello es clave elegir bien, tanto al corredor de seguros que nos asesora, como a la compañía que está detrás de la póliza.
El corredor de seguros desempeña un papel esencial en este proceso. Su conocimiento experto y su independencia permiten al cliente acceder a una oferta variada y adaptada a sus necesidades reales. No se trata de vender una póliza más, sino de entender la situación de cada hogar, valorar sus riesgos y proponer la mejor combinación de coberturas. El corredor es la figura de confianza que traduce un lenguaje técnico en soluciones comprensibles y útiles, acompañando al asegurado en todo momento, especialmente cuando llega la hora de gestionar un siniestro.
Por su parte, la compañía aseguradora debe aportar algo más que solvencia financiera. Una empresa cercana, con presencia en el territorio y con equipos humanos accesibles, genera la confianza que las familias demandan. La atención personalizada, la agilidad en la tramitación y la claridad en las condiciones contractuales marcan la diferencia. En un sector en el que las decisiones se toman muchas veces en momentos de dificultad, la empatía y la cercanía se convierten en un valor tan importante como la propia cobertura.
En nuestra experiencia en Divina Seguros, como especialistas en la protección de las familias, hemos aprendido que el verdadero éxito radica en construir relaciones duraderas basadas en la confianza. Cuando corredor, compañía y cliente trabajan alineados, el seguro deja de ser un simple contrato para convertirse en una red de seguridad que aporta tranquilidad y calidad de vida.
Al final, estar bien asegurado es, sobre todo, estar bien acompañado.
Artículo de Martín Faz Jiménez, director del Canal Corredores de Divina Seguros
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