El seguro agrario español encara una década decisiva marcada por una tensión creciente entre el impacto del cambio climático y una oportunidad real de modernización.
Expertos consultados por Mercado Previsor coinciden en que la prioridad es reforzar la sostenibilidad de un sistema que, pese a su solidez, está sometido a una presión inédita por el aumento de fenómenos extremos. "El principal reto es mantener la sostenibilidad del sistema frente al aumento de la siniestralidad climática", señala Juan Verano, director general de seguros Agrarios en Anagan. Sequías prolongadas, tormentas severas y heladas cada vez más impredecibles están elevando el coste de los siniestros y tensionando las tarifas de las pólizas, un fenómeno que afecta tanto a corredores como a productores.
A esta preocupación se suma otro desafío estructural: la necesidad de mejorar la cultura aseguradora en el campo. La formación y la comunicación continúan siendo claves en un entorno donde conviven explotaciones altamente profesionalizadas con otras que aún muestran reticencias a incorporar herramientas de gestión del riesgo. "Debemos mejorar la comprensión del seguro entre los productores y atraer a los jóvenes agricultores", añade Verano, subrayando la importancia de un relevo generacional que llegue acompañado de mayor asesoramiento técnico.
Sin embargo, no todo son sombras. El sector vislumbra oportunidades significativas en varios frentes. La digitalización está acelerando procesos, facilitando peritaciones y permitiendo una gestión más ágil y precisa de las explotaciones. La profesionalización del campo y la creciente conciencia sobre el riesgo están generando un entorno más receptivo a productos especializados y coberturas a medida. "Hay oportunidades: nuevos seguros, tecnología que agiliza todo y un campo cada vez más profesional", concluye.
En este escenario, el papel de las corredurías será determinante. Las firmas que logren combinar conocimiento técnico, cercanía y capacidad de acompañamiento podrán consolidar su posición en un mercado que demanda asesoramiento de calidad. "Las corredurías que entiendan el campo, su realidad y trabajen de forma cercana tendrán mucho recorrido", explica Isabel García Ruíz, responsable del departamento de seguros agrarios de Ágora Broker, y recuerda que para los agricultores contar con una cobertura adecuada es, en última instancia, una garantía de estabilidad: "Porque, al final, asegurar bien es cuidar lo que cuesta tanto levantar".
Pese a las tensiones actuales, el consenso es optimista: el modelo español sigue siendo un referente internacional y su fortaleza se basa en la cooperación público-privada. "Si seguimos apostando por la colaboración entre administraciones, aseguradoras y corredores, tenemos margen para hacerlo aún más eficiente y cercano al campo", concluye director general de seguros Agrarios en Anagan.
Este es un resumen del reportaje publicado en el número 701 de la revista Mercado Previsor que puede leer completo aquí con sus claves de suscriptor.
